martes, 26 de febrero de 2013

Vicente Ibáñez y Marta Ibáñez "Una historia de París"

  UNA HISTORIA DE PARÍS

Finalizaba el año 1885 y un joven muchacho, de unos 17 años vagaba sin rumbo por las calles de la espléndida capital francesa. Se llamaba Raphael y decir que su vida había sido mala era quedarse corto. Nadie conocía su nacionalidad, solo sus padres. Pero ellos ya no podían decírselo, su padre murió de una terrible y dolorosa enfermedad en los suburbios de Roma, junto a él y su madre, que, abrumada por el dolor de la pérdida de su marido decidió tirarse al río Tíber desde el puente más alto de la ciudad. El pobre Raphael, con tan solo 8 años, un dolor increíble en su pecho y el peso de todo el mundo sobre sus hombros, emprendió una marcha a donde quisiera el cruel destino llevarle. Y así fue como, 2 años más tarde, el pequeño llegó al glorioso Paris, aunque para él fuera otra ciudad cualquiera.
Esos tristes ojos verdes, que cautivaban a cualquiera que los mirara, se posaban ahora ante una gran obra que había encontrado andando por las calles. Se rumoreaba que, en ese lugar, estaban construyendo una especie de torre altísima de metal. “Bah, ¿para que necesitará este sitio una torre? ¡La gente gasta el dinero en unas cosas más estúpidas…!” pensaba mientras se colocaba la gorra y decidió ir al café y llegar un poco antes al trabajo. Así de monótona era su vida, todos los días lo mismo. A veces pensaba en lo fácil que sería saltar desde algún sitio y acabar con eso. “No” pensaba en esos momentos “tengo que vivir y disfrutarlo, se lo debo a papá y a mamá”
Y, con una lentitud digna de prodigio, llegó el mes de Mayo. A Raphael le gustaba ese mes, no hacía mucho calor y se podía pasear a gusto. Pensó que podría ir a ver esa torre que acababan de inaugurar, la “Torre Eiffel”. Con paso lento pero decidido se encaminó hacia allá, disfrutando del tiempo. Cuando llegó se quedó cautivado. Era una torre de metal, de color metal, pero enorme. “Madre mía” pensó “debe de medir muchísimo, más de 100 pisos”.
Todos los días daba un buen paseo desde su casa hasta el café para ver la torre, porque cada vez que la veía se sentía un poco mejor. Un día, un domingo a mediados de Junio, se enteró de que habían permitido el acceso a la parte alta de la torre. Se colocó la gorra y fue hacía allá, por el camino se compró un helado y disfrutó como las pocas veces que, estando sus padres en vida, le habían comprado uno y charlaban distendidamente por las calles de Roma.
Subiendo por la escalera y mirando hacia abajo para no ver el paisaje antes de tiempo llegó a la cúspide. Se acercó a la barandilla y se agarró fuerte, por el vértigo. Poco a poco abrió los ojos que había cerrado momentos antes y observó, maravillosamente cautivado la preciosa vista de esa que ahora era su ciudad. Corría el viento y eso hizo que su preciada gorra cayera hacia atrás y perdiéndose enseguida de vista. Raphael rió, feliz como no lo estaba desde hace mucho tiempo, “¿Qué más da? ¡Ya me compraré otra!”. Y así fue como Raphael recuperó la alegría gracias a esa majestuosa torre que todavía hoy se alza en la espectacular ciudad de la luz, en el precioso y asombroso Paris.
FIN

domingo, 24 de febrero de 2013

Maricarmen Colodrero "Juntos bajo el sol del invierno"


Juntos bajo el sol del invierno

 

Las ruinas de Tiwanaco son el legado de la cultura tiwanacota. Se extienden por una superficie de seiscientas hectáreas y distan del lago Titicaca unos 14 Kilómetros.

 En esta ciudad se aprecia la magnificencia de lo que fue su arquitectura; las distintas expresiones artísticas y técnicas hablan por sí mismas de su elevado grado de perfección. Segmentos de sillares se adosan a gigantescos pilares logrados con un solo bloque de piedra. Mediante la fabricación de terrazas escalonadas se construyeron  inmensas pirámides. Existían redes de alcantarillado y gradientes para desalojar el agua de los edificios.  Todos los templos de la urbe fueron orientados astronómicamente

Constituye un complejo cívico-ritual  impresionante: Kalasasaya, Templete Semisubterráneo, Kantatayita, Pirámide de Akapana, Pumapunku, Kerikala, y Putuni.

La puerta del sol es una estructura monolítica de andesita que en el pasado formó parte de otro edificio mayor, posiblemente Kalasasaya o Akapana.

 Esta hipótesis se fundamenta en su diseño. Además de poseer orificios y rebajes que hacen pensar que encajaba en travesaños, sumado a los entrabes laterales cabe suponer que esta puerta megalítica formaba parte de algún templo o construcción más grande. La puerta del sol tiene 3 metros de alto, 4 metros de ancho y aproximadamente pesa 10 toneladas. En su decoración sobresale la figura principal de un personaje en alto relieve denominado "Señor de los báculos" o "Dios sol", alrededor del cual se encuentran 48 figuras en bajo relieve representando seres alados y hombres arrodillados. También destacan los "trompeteros" debajo de los seres alados; existen teorías que afirman que estos trompeteros marcan los movimientos solares, por lo que la Puerta del Sol sería un calendario solar.

Además acoje representaciones zoomórficas muy variadas, algunas de animales que ya no existen en esas  latitudes.

Las hipótesis arqueológicas sugieren que las jamnbas estaban cubiertas con láminas de oro.

Los herederos directos de esta civilización perdida son los aimarás que en la actualidad se extienden desde el oeste de Bolivia a el norte de Perú y Chile.

Pero el punto geográfico actual más importante de la presencia aimará está en El Alto, situado cerca de La Paz.

La zona del lago TitiCaca ha sido históricamente el espacio de la cultura aimará. En sus cercanías existen aún las bocaminas de estaño y cobre con los que los tiwanacotas fabricaron instrumentos de bronce.

A pesar de la decadencia y abandono de Tiwanaco, La influencia aimará persistió de un modo notable durante el predominio del imperio Inca,.

Los conquistadores españoles reorganizaron el espacio chileno norteño, donde los aymaras fueron desplazados de la costa y valles bajos, al altiplano. Forzados a ser católicos, nunca dejaron de lado sus antiguos rituales, aunque el culto a la Madre Tierra Pachamama, fue reemplazado por la veneración a la Virgen María; y los antiguos rituales de fertilidad, se convirtieron en las fiestas de carnaval, en que arrojan agua y semillas en un rosario de pueblos diseminados en una altura promedio de 4000 metros.



 

En el amanecer del 20 al 21 de junio la primera luz del solsticio de invierno traspasa el dintel de la milenaria puerta.

Se trata de un acontecimiento religioso con un doble significado: el culto ancestral al sol y la adoración a la luz espiritual de un Dios trino.

El pueblo aimará se prepara con sus mejores prendas . Los habitantes cercanos al lago todavía tejen y tiñen sus ropas conmo lo hacían sus ancestros: ellas llevan un vestido largo de color oscuro y ellos visten pantalón estrecho y poncho. Ambos calzan zuecos.

Las mujeres que bajan de otras zonas llevancamisola y pollera de flores con enaguas, se tocan con un sombrerito de copa redondeada. Ellos se abrigan con pantalón oscuro, camisa y chaquetón.

Los aimará son muy religiosos, atribuyen a cada cosa o momento de sus vidas una conexión con la divinidad, por eso ante una ocasión ceremonial cuelgan de sus cuellos diversos amuletos fabricados de los más variados materiales.

La comunidad aimará ha seleccionado una o dos llamas de entre las que posee el grupo. Serán las víctimas propiciatorias de un sacrificio cuyos orígenesse remontan, por lo menos, a dos milenios.

Según el ritual, las llamas  fueron, en su momento, entregadas a las doncellas que las embarcaron en las lanchas de totóra, para , mediante un paseo por el lago, recibir la bendición de la  Cotamama o deidad del TitiCaca.

La comunidad aimará posee una organización cívica paralela a la del estado:Gobernador, juez, consultor, pedagogo y curandero-sacerdote llamado yatiri.

Todos ellos asisten a este evento.

Las jóvenes que han custodiado la ofrenda, se acercan muy engalanadas a la puerta para entregar al yatiri las víctimas.

El yatiri salmodia las palabras mágico-religiosas que se han transmitido verbalmente de generación en generación. Luego esparce hacia los cuatro puntos cardinales la sangre de las llamas.

 

El sacerdote católico tiene ya preparado un altar de campaña.

Se hallan presentes las autoridades religiosas y políticas.

Tanto los aimarás como el resto de la población asisten con reverencia a la ofrenda del cuerpo y la sangre de Cristo.

De la muchedumbre surgen las respuestas al ritual de la misa con el sonido mezclado de español y aimará.

Tiempo espacio y sentimiento religioso se funden  con sencillez en los corazones de los bolivianos.

 

 

jueves, 21 de febrero de 2013

Juan Carlos Coronel "Brandenburger Tor"

BRANDENBURGER TOR

Un japonés, apunta hacia la puerta con su móvil última generación, los alrededores están plagados de turistas de todos los rincones del planeta, Americanos, Ingleses, Franceses, una pequeña torre de babel, entorno al símbolo alemán.
Desde 1791, año en el que fue terminada la puerta de Brandemburgo,a sido mudo testigo de la época más convulsa en la historia alemana. En principio fue diseñada para se franqueada por los reyes prusianos, no como arco de triunfo, no lo es sino como acceso al
impronunciable parque situado tras ella.
En los primeros años del siglo XX vivió la insensatez de la primera gran guerra, pocos años después la barbarie Nazi la pobló de cruces gamadas, presenció los horrendos crímenes de sus compatriotas, el estupor del mundo ante la barbarie.
Los bombardeos aliados hicieron mella en su estructura, (daños colaterales ) se les llama hoy día, sufrió durante decenios la forzosa separación del pueblo alemán los buenos y los malos, a estos últimos se los recluyo tras un muro, muchos intentaron pasarlo, muy pocos fueron afortunados en el intento.
,En 1992 se inicia la caída del muro que separaba Berlín Este, de Berlín Oeste, supongo la alegría de la puerta al ver como los de uno y otro lado se abrazaban, eran todos alemanes aunque algunos políticos con poco sentido común, los separaran durante décadas
Hoy día es uno de los monumentos más visitados de Berlin, su historia hacen de ella un lugar de culto paramuchos inclyendo al japo-
nes que continua sacando fotos
-Vamos hombre la visita a concluido.


FIN.

Polémico Naipaul


Polémico Naipaul
El Nobel británico intenta llegar "hasta los inicios de todo" en su nuevo ensayo La máscara de África. El controvertido autor, quien declaró que las escritoras son inferiores a él, da muestras en esta difícil entrevista de su agrio carácter.
Vidiadhar Surajprasad Naipaul, más conocido como V. S. Naipaul, o Sir Vidia, no está de buen humor en esta soleada mañana de lunes. En realidad, al decir de la documentación consultada para preparar esta entrevista, Sir Vidia casi nunca está de buen humor. Esta mañana, desde luego, no. Está sentado, bastón en mano, en un sillón más bien angosto para su notable humanidad en una luminosa y acogedora sala de estar de su cottage en Wiltshire.
No es fácil llegar hasta allí. Una hora y media en tren de Londres a Salisbury y veinte minutos en taxi hasta Salterton. Los veinte minutos se transforman en media hora larga: ni el taxista ni el satélite parecen saber dónde está el cottage. ¿Será este de aquí? No, no parece. Un coche bloquea la carretera, no hay ni siquiera un rótulo con el láctico nombre del lugar, la casa parece cerrada. Llamada a Londres, aclaraciones, segundo intento: sí, era ahí.
"Me interesa el mundo. No creo que tenga que tener una razón especial para ir a África. No hay necesariamente una razón"
"Una vez que tienes esa reputación, la gente ve controversia en todo lo que dices. Incluso cuando no es nada"
"Estoy interesado en el desarrollo de la creencia. Sobre todo en el comienzo del desarrollo humano"
Y ahí está Sir Vidia (Trinidad, 1932), premio Nobel de Literatura en 2001, elevado por algunos al altar de mejor escritor británico vivo. Quizás lo fue. Pero leyendo La máscara de África. Un viaje por las creencias africanas (Mondadori), nadie diría que lo sigue siendo. Los que saben de África no parecen muy impresionados. Y los que no sabemos, tampoco. Naipaul nos cuenta que África es sucia, sus ciudades superpobladas, que la religión nativa es buena pero es mala pero es buena, que en cuanto te descuidas los chamanes y los taxistas te van a cobrar más de lo debido...
No está claro si Sir Vidia está molesto por los 10 minutos de retraso o por la presencia al parecer inesperada de la fotógrafa. O quizás le dure el disgusto por las malas críticas que el libro recibió cuando apareció en Inglaterra el año pasado. "Es insensible, aburrido, nada esclarecedor y mal escrito", escribió Emily Witt en The Observer. "Tóxico, poco investigado, sin verificar", opinó en The Sunday Times Robert Harris, a quien algunos pasajes le recuerdan al político fascista Oswald Mosley "cuando se presentó a las elecciones en Notting Hill en 1959 acusando a los hombres negros de África de comer carne de perro y mantener a las mujeres encerradas en los sótanos".
Quizás Sir Vidia está de mal humor porque no le apetece ver a un periodista precisamente ahora, cuando unas declaraciones suyas declarándose superior a las mujeres escritoras han despertado los viejos fantasmas sobre su carácter, descrito con inusitada crudeza por Patrick French en 2008 en una biografía autorizada que retrata a un hombre egocéntrico, vanidoso, inseguro, extraordinariamente cruel con su primera mujer, Pat, fallecida de cáncer en 1996.
O quizás no le apetece perder el tiempo con un interlocutor al que adivina inculto y sin nivel para analizar su literatura. Él, hijo de periodista mediocre, parece aborrecer la profesión. Y, sin embargo, sus libros de viaje tienen mucho de periodísticos: ir, preguntar, generalizar...
La entrevista va mal. Desde el primer instante. No hay química. La mirada de Sir Vidia destila cada vez más impaciencia, más desprecio. Sus respuestas secas, cortas, sin ninguna complicidad, desarman al periodista. La provocación de hurgar en su pasado personal agota la escasa paciencia del autor. Sir Vidia no grita: pero corta el aire con el desdén de sus gestos, su lengua de acero, su inglés inmaculado. Al final se niega a moverse del sillón para la sesión de fotos con Ione Saizar. ¿Problemas de movilidad de un hombre de casi ochenta años o rabieta de artista endiosado? Al día siguiente, la venganza: no autoriza la publicación de las fotos. Está acostumbrado a quedarse con la última palabra.
PREGUNTA. O sea, que usted es la persona de la que todo el mundo tiene miedo.
RESPUESTA. No. No, no, no... ¿Por qué lo dice?
P. Porque no soy un experto en literatura, soy el corresponsal del periódico en Reino Unido y he leído lo que dicen sobre usted para preparar esta entrevista. Y dicen que es usted muy gruñón, pero no parece que sea tan gruñón.
R. No es verdad. No es verdad. No es verdad. OK. O sea, ¿usted es el corresponsal político...?
P. Sí. Hago de todo, pero sobre todo política.
R. ...
P. ¿Qué es
La máscara de África? ¿Por qué el nombre? ¿Qué representa? ¿Por qué lo ha hecho ahora?
R. Masque es una palabra del siglo XVIII que significa una obra, no una obra normal sino una obra con un poco de música, y texto. Pensé, La masque de África, la obra de África. Es masque, no mask, que significa la máscara que uno se pone. Masque es una especie de obra. Una obra.
P. ¿Y qué representa? ¿Qué representa esa obra a sus ojos? ¿Es África una obra, una ficción?
R. No. Representa lo que he escrito. Representa todo lo que está en el libro, lo que he escrito.
P. ¿Por qué África? Usted es de origen indio, nacido en Trinidad, vive en Reino Unido. ¿Por qué necesitaba escribir sobre África?
R. Porque es interesante. Porque me interesa el mundo. No creo que tenga que tener una razón especial para ir a África. Igual que no necesito una razón especial para ir a Japón. No hay necesariamente una razón.
P. Creo que usted no es una persona especialmente religiosa. Obviamente la religión es importante para la gente y...
R. No soy religioso. Pero estoy interesado en la religión.
P. ¿Por qué? ¿Le importaría desarrollar un poco más su respuesta?
R. Está en el libro. Estoy interesado en el desarrollo de la creencia. Estoy interesado sobre todo en el comienzo del desarrollo humano. Por eso estoy interesado en las creencias africanas. En hasta dónde se remontan en los orígenes del desarrollo del hombre.
P. Usted ha estudiado el islam, el hinduismo, conoce muy bien el cristianismo. ¿Cómo los compara con las creencias populares africanas?
R. No hay comparación. No hay comparación.
P. No hay comparación...
R. No. No, no, no...
P. Ya veo. Usted viene de un país colonizado. Ha escrito mucho acerca de colonialismo. ¿Han cambiado con el tiempo sus opiniones sobre el colonialismo? ¿El hecho de que
usted conozca muy bien la sociedad británica, el país colonizador, ha cambiado su visión acerca del colonialismo?
R. ¿Por el hecho de estar en Inglaterra? No. No, no, no...
P. Hay gente que dice que usted no tiene nada realmente nuevo que decir. Que su carrera fue brillante pero de alguna manera está acabada. ¿Qué le dice usted a esos críticos?
R. No les diría nada. Debería usted preguntar a la gente que lo ha escrito. No me pregunte a mí. No tengo nada que decir.
P. ¿Y por qué cree que es una figura tan controvertida?
R. Eso es un accidente. La cuestión es que una vez que tienes esa reputación, la gente ve controversia en todo lo que dices. Incluso cuando no es nada.
P. Pero usted ha sido citado, no sé si correctamente o no, diciendo "si un escritor no genera hostilidad, está muerto". ¿Ha dicho usted eso?
R. No, no lo he dicho. Me han citado de forma incorrecta.
P. No le gusta ser controvertido.
R. No, no me gusta.
P. Entonces, cuando hace poco dijo "las mujeres son desiguales a mí", lo que...
R. No, no dije eso en absoluto. Ese es un gran error. Me hicieron una pregunta acerca de la escritura, de literatura, y eso es lo que estaba contestando. No estaba hablando de la mitad de la humanidad. No haría algo así.
P. ¿Y por qué cree que las mujeres, escribiendo, son inferiores a los hombres o al menos a usted?
R. Esa es una afirmación que hice en una reunión pública y dije que la escritura de las mujeres es sentimental y cosas como esa. Pero no quiero defenderme porque eso volvería a agitar las cosas.
P. Otra gente dice que usted es racista.
R. No sé qué quieren decir.
P. ¿No sabe qué quieren decir cuando dicen que es usted racista? O sea, no es usted racista.
R. No sé qué quieren decir. Una vez más, tendría que preguntarle a ellos qué quieren decir.
P. Déjeme preguntarle algo que normalmente no le gusta que le pregunten. Cuando usted aceptó en público que en el pasado solía tener relaciones con prostitutas, ¿era esa una reacción de culpabilidad por la manera en que se relacionó con Pat, su primera mujer?
R. No creo que tengamos que hablar sobre eso, porque creo que dejamos claro que queríamos hablar solo sobre el libro africano. No queremos ir a cuestiones personales. Eso se lo habían dejado claro, ¿no es así?
P. Sí. Sí, sí. Y qué me dice acerca de Paul Theroux. ¿El hecho de que se estrecharan la mano el otro día significa que vuelven a ser amigos o fue una mera cuestión social?
R. Creo que significa que un episodio más bien tonto se ha acabado.
P. Sé que no quiere hablar de Pat y todo eso, pero mi pregunta no iba orientada en ese sentido. Eso son cosas del pasado. Lo que quería es saber si es un gesto de contrición el hecho de que usted admitiera en público algo que le avergonzaba o el hecho de que estreche la mano a una persona con la que ha tenido un desacuerdo.
R. No entiendo lo que me está diciendo.
P. ¿Podemos interpretar como una confesión de estilo católico, como una contrición, esa admisión de los propios errores, como si fueran pecados, al decir en público algo que es muy privado y aceptando la responsabilidad de ello?
R. ¿El qué es muy privado?
P. Su vida, su relación con Pat, el hecho de que le guste o no ir con prostitutas.
R. Le he dicho que no hablaríamos de eso.
P. No intento hablar de eso, intento plantearle si está usted evolucionando hacia...
R. Creo que es mejor que llamemos a mi mujer. Ella va a afrontar algunas de sus preguntas.
P. Déjeme preguntarle algo acerca de cuando usted empezaba a ser un escritor y sus dificultades para saber de qué escribir. Cómo afrontar el hecho de que usted quería escribir una novela, que en principio debería ser algo imaginario...
R. [La criada le explica que su mujer se ha ido de compras y no está en casa, y le pregunta si necesita algo] No. Quería que nuestro corresponsal hiciera lo que había aceptado hacer, pero él quiere adaptar...
P. No, no, no. No se preocupe, no quiero adaptar nada.
R. Pero le he dicho ya tres veces que no lo haga y usted lo sigue haciendo.
P. ¿Puedo preguntarle acerca de cuando empezó a escribir?
R. No quiero hablar sobre eso. Se le dejó muy claro que quería hablar de otras cosas, de las que usted no quiere hablar.
P. Se lo voy a preguntar otra vez. ¿Por qué escribió
La máscara de África? Si usted me da respuestas tan escuetas y síes o noes, es muy difícil hablar acerca del libro.
R. Ya se lo he dicho: interés. Eso es suficiente. Es suficiente. Y si ha leído el libro entenderá la naturaleza de mi interés. No tiene por qué preguntarme todo el rato acerca de ello. Está en el libro.
P. Ya, ya veo. He leído el libro, por cierto.
R. Eso no es habitual en un periodista.
P. ¿Quiere que le enseñe todos los subrayados?
R. OK, OK. Entonces ya sabe de qué estamos hablando...
P. Más o menos, porque como periodista quizá no lo entiendo todo. ¿De dónde salió la idea de escribir este libro?
R. Le he contestado a eso ya cinco veces.
P. No, se lo pregunto en otro sentido. Me parece que el problema es que usted no me está ayudando mucho.
R. Le estoy ayudando un montón, pero usted se resiste, je, je, je.
P. Me encantaría que me ayudara, pero quizás soy demasiado idiota...
R. Usted se resiste. ¿Por qué no hablamos del libro? Sería más fácil para usted.
P. Bueno, le estoy haciendo preguntas acerca del libro, pero preguntas sobre por qué quiso hacer el libro, cómo lo decidió, preguntas propias de un periodista. No soy un crítico que pueda discutir cada párrafo del libro, sino más bien informar a la gente de forma genérica. Usted ha escrito un libro sobre África centrado sobre todo en religión, y mis preguntas van en el sentido del porqué y el cómo. No sé qué tipo de preguntas se esperaba.
R. No tengo por qué contestar a esa pregunta. Si le pregunto a usted por qué es periodista me dirá que le gusta su trabajo y que le parece interesante. No creo que tengamos que ir de nuevo a discutir por qué es periodista. Y es lo que está usted haciendo.
P. No, no creo.
R. Creo que tendríamos que acabar esto enseguida porque no está usted siendo muy cooperativo. Usted cree que lo es, pero...

miércoles, 20 de febrero de 2013

Puri Sánchez "Pesadella en verde"

PESADILLA EN  VERDE
La luz que se filtra entre las copas de los árboles me despierta. Un rayo de sol arranca distintas tonalidades de verde a las hojas. Entorno los párpados sonriendo. Me desperezo como una gata . Siento aún en mi piel las caricias de Miguel, su olor, su sabor. Alargo la mano sobre la hierba. No hay nadie.
¿Miguel?-mi voz es  somnolienta..
Habrá ido a hacer pis –pero empiezo a notar un desagradable cosquilleo en las tripas.
Me visto y busco por los alrededores, gritando su nombre cada vez más fuerte.
Escucho con atención, pero sólo puedo oír el pío pío de los pájaros.
Miro a mi alrededor. Es un claro pequeño,  una pequeña extensión de hierba,, rodeada por  una tupida maraña de árboles y matorrales.
Yo no sé cuánto tiempo he dormido. Estaba oscuro cuando llegamos, eso sí. No me fijé en la hora. Como para horas estaba yo con el calentón que llevaba en el cuerpo.
A ver, piensa, María, piensa. – Me digo y respiro profundamente.
Seguro que ha vuelto a la casa para que su santa esposa no se preocupe. Claro, debe de ser eso. Ya ha conseguido lo que quería…. En el fondo, todos son iguales. Bueno, iguales no, que éste se lo montaba muy bien.
Y es que me tenía unas ganas que para qué. No había más que verle cómo me miraba . Y fue bien fácil encontrar la ocasión. En cuanto dije que yo quería ir a buscar setas al  bosque bien temprano vio el cielo abierto. Ni su mujer ni ninguno de los demás son capaces de levantarse un domingo antes de las once.
La sonrisa de mi cara se transforma en un gesto de rabia.
-         Menudo  cabrón – digo en voz alta – si me ha dejado aquí plantada.
Bien erguida, con las manos en mis caderas, miro a mi alrededor.
Bueno, ahora lo primero es encontrar el camino. Luego ya le diré yo cuatro cosas al gilipollas ése.
Parece que eso son huellas.
Sigo un sendero hasta que una muralla de troncos me impide continuar. Intento orientarme por el sol, pero todo lo que ven mis  ojos es un techo verde.
Tranquila, María –me digo- no pasa nada. Pero noto que respiro con dificultad. Vuelvo sobre mis pasos hasta llegar al claro.  Sigo otro camino.
No, no, éste tampoco me parece. Mira que si ahora no  encuentro cómo volver… ¿Qué hago?
2.
Lo intento una y otra vez. Todos los árboles son iguales. No sé si he pasado antes por aquí. El pulso me golpea en las sienes. Tengo la boca seca.
A ver, creo que por ahí no he pasado aún. Mis pies recorren otro sendero.
-         ¡Uf! Tampoco es éste – me doy cuenta al llegar a LA ORILLA  de un río.
Algo negro y pesado se ha instalado en mi pecho y casi no me deja respirar.
Miro en todas direcciones  intentando divisar la casa rural . Unos cuantos amigos habíamos decidido pasar allí el fin de semana.
Sigo mirando. No  se ve nada por ninguna parte . La rabia me quema por dentro.
Ese Miguel me las va a pagar
¿Y si no los encuentro?¿Cómo hago para volver a Madrid? No tengo ni idea de dónde estamos. Miguel y su santa se encargaron de todo.
Siento algo viscoso que me roza. Lanzo un chillido y doy un brinco atrás. Una larga culebra verde repta hacia el río.
El peso del estómago me sube a la garganta. Echo a correr. Mi corazón galopa.
Ya no puedo parar. Veo culebras por todos lados, enroscadas en los árboles, colgando de las ramas, reptando por el suelo.
No sé por dónde voy. Sólo quiero huir. Tropiezo con algo y caigo de bruces en un zarzal. Me levanto jadeando. Estoy llena de arañazos, pero no me importa. Sólo quiero salir cuanto antes de aquel bosque infestado de serpientes.
Veo una casa.  Mi corazón da un vuelco. Suspiro de alivio. Tiene que ser la misma. El todo terreno de  Miguel está fuera.
Me detengo unos minutos para normalizar los latidos de mi corazón. Me acuerdo de respirar lento, profundamente. Ya puedo pensar mejor.
¿Cómo he podido ser tan tonta de dejarme vencer por el pánico ¿ Seguro que todo eran imaginaciones mías.
La puerta está abierta. Me paso los dedos por el pelo, tomo aire y entro.
Un grito de horror se me escapa de la garganta.
En el comedor, entre tazas de café volcadas, yacen  los cuerpos sin vida de mis amigos. Por todas partes, serpentean gran cantidad de culebras verdes.
Puri
FIN

martes, 19 de febrero de 2013

Maricarmen Colodrero "El samaritano y la ciega"

El samaritáno y la ciega
Era entre los últimos días de la primavera. Irene se había levantado aún más pronto de lo que solía para bajar por churros. Raúl había tenido una semana de mucho trabajo y le encantaba este desayuno los domingos, así que le dejó dormir.
Cuando regresó,  él ya se estaba duchando.Se preguntaron en voz alta, de habitación a baño, qué harían esa mañana.
Pues bien…ni limpieza, ni visita al Museo del Prado. Pondrían un CD de música clásica y se dedicarían sólo a escuchar.
Sobre el ambiente generado por las notas creadas por Mózart, Bach y Vivaldi retrocedieron dos años, rememorando sin hablar, el comienzo casual y el desarrollo de lo que se fue convirtiendo primero en un idilio y después en un amor sosegado y pleno.
Sentados cómodamente en el sofá, con las piernas estiradas sobre sendos pufs, dejaron que sus pensamientos discurrieran, como un manso río, paralelos y a la vez entrelazados.
Raúl se maravillaba de cuanto había cambiado su vida aquella mujer, y se sorprendía al recordar lo poco romántico que es el Metro para iniciar una relación amorosa. Pero así fue:
Aquel día que él regresaba del trabajo, quedó prendido de la imagen de una mujer ciega que probaba a tantear con el bastón en diversas direcciones del pasillo. Algo en la actitud de ella le hizo pararse y mirarla.
Sus movimientos eran resueltos, andaba con seguridad, sin encorvarse y había algo de muy inteligente en la forma de explorar el entorno. No recordaba haber sentido pena, sino más bien admiración. Ella no era especialmente bonita: Estatura mediana, algo llenita, unos treinta y cinco años. Facciones regulares,nariz respingoncilla,expresión tranquila…
De pronto se encontró a su lado preguntando:¿Puedo ayudarte en alguna cosa?.
Ella inmediatamente sonrió y él tuvo conciencia de que le gustaba que lo hiciera. Todavía recordaba el brillo divertido de sus ojos (cosa que nunca habría imaginado).
La sonrisa de ella se acentuó:
- Si.Por favor. Me he despistado y no encuentro el ascensor.Irene sabía por la ausencia de sonidos que estaban solos en aquel sitio, pero no sintió prevención ninguna. Era la voz grave y aterciopelada de un hombre joven y no pudo evitar imaginarlo atractivo, aunque bien sabía la poca fiabilidad de su impresión.
- Lo cierto era que Raúl era muy, pero que muy guapo. De hecho las chicas se pirriaban por él. Había sido siempre así y su corazón no sabía lo que era estar enamorado.
- En aquellos momentos Raúl pensó en Luisa que era una mujer bellísima, pero con una personalidad siempre vacilante, indecisa, que buscaba en un hombre el refugio para su inestabilidad.
Y de nuevo le sucedió aquel sentirse arrastrado hacia una acción y palabra irreflexivas:
- ¿Quieres que te lleve al andén, a la cabecera del tren, y así te sitúas haciendo lo que tienes por costumbre?.
El rostro de Irene se iluminó, estaba agradablemente sorprendida. ¡No me lo puedo creer! . – pensó.
- Ahora la admirada soy yo- le dijo-. Te lo agradezco mucho, pero seguramente tendrás otras ocupaciones…. No quiero interferir….
No es que Irene desconfiase, (ella lo recordaba bien). Era que la prudencia le indicaba que a pesar de su seguridad en si misma, era muy vulnerable. Al fin y al cabo, no  tenía ningún indicativo de su aspecto, lo que la habría podido orientar sobre cómo era aquel joven.
- Yo lo hago con mucho gusto. No vamos a tardar nada.¡Vamos!- le oyó decir.
Y luego:
- Agárrate a mi.
Me llevó con rapidéz y seguridad. No hablábamos.
- Ahora estás como si salieras de la primera puerta del primer vagón, tienes la pared al frente.
- Me dijo todo esto mientras , sin preguntar, agarró mi brazo, ni obsequioso, ni brusco. Con absoluta naturalidad.
- Enseguida llegamos al ascensor, habiéndome dejado él a mi aire.
- Todo fue igual de sencillo y espontáneo hasta salir a la calle.
- Perdona mi indiscreción – dijo él- ¿Vives por aquí cerca?. Ççççççççççççççsi quieres te puedo acompañar, yo voy a coger un autobús tres bocacalles más allá.
-  Yo  - respondió Irene -vivo un poquito más lejos de la parada del autobús que vas a coger, pero , a partir de ahí, conozco muy bien el camino. Te agradezco la intención, ya es mucha ayuda ir juntos hasta la parada del 9. Es tarde y quizá no has comido aún.
Él sentía la suave presión de los dedos de ella a través de su camisa. Todavía, al cabo de tanto tiempo,rememoraba el agradable calor de su mano.
- ¿Vienes con frecuencia en esta línea de metro?. ¿Vienes de trabajar?.
-  Si, - contestó Irene-. Trabajo para la ONCE vendiendo el cupón y otros juegos. Es estupendo tener una obligación todos los días y poder ser independiente.
-  ¿Y vives sola?. Perdona, soy muy indiscreto. No es que conozca muchos ciegos, pero Hay algo en ti…no se…te contemplo como a través de la admiración, tienes algo de misteriosa. No me hagas caso…no digo más que tonterías.
-  Ja,ja, ja. –rió ella verdaderamente divertida- . No hay nada de misterioso en mi, a menudo los que veis, nos rodeais con un halo que no existe. Algunos incluso creen que tenemos poderes especiales.
Irene estaba encantada con la compañía que le había proporcionado la suerte, pero su precaución mandaba y no le agradaba la idea de que un desconocido supiése dónde estaba su casa, por más que le cayera simpático.
Por eso, para alejar de si la atención, preguntó:
- ¿Y tu, vienes del trabajo?.
-  Si, pero ya he comido.Trabajo en Nuevos Ministerios. Soy funcionario. Ya sabes…llenas de polvo del ordenador las pestañas y manguitos a rayas.
-  No te creo, -se rió también Irene- Tanto tiempo ante un ordenador electriza los pelos de las cejas, y los manguitos ya no se llevan.
Pero Raúl quería saber e insistió.
- No desconfíes de mi. Perdona de nuevo. ¿Es posible que siendo ciego se pueda vivir solo?.
- Vivo con mis padres – mintió ella. Pero eso que a ti te parece imposible, no es más que paciencia, tenacidad, serenidad y entrenamiento.
Anduvimos unos minutos sin hablar, unidos sólo ppor el contacto de mi mano sobre su brazo. Un brazo que yo adivinaba con la musculatura justa y que me proporcionaba una sensación muy agradable.
- Me llamo Raúl – dijo él-, tengo 36  años y yo si que vivo solo. He salido un poquito mujeriego, mi madre no piensa más que en casarme, pero no estoy por la labor. Ya es suficientemente difícil la vida así, como para complicársela con una pareja estable.
-  Yo me llamo Irene, tengo 35 años y de momento, estoy muy bien con mis padres. Pero respecto a eso de las complicaciones, quizá te admires todavía más si te digo que conozco tres parejas de ciegos totales que están casados. Unos de ellos ya están esperando su tercer niño y no te creas que nadan en la abundancia.
-  Me estás dejando de piedra.
Estábamos llegando a la parada y yo no veía la ocasión para que ella me diera su teléfono. Toda mi experiencia con las mujeres no me iba a valer de nada.
Irene, mientras , pensaba algo parecido, con la diferencia argumental de que lo que a Raúl le parecía posible, a ella le parecía absolutamente alejado de su realidad.
Tengo pensamientos ilógicos , se decía Raúl, acabo de conocerla y mi intuición me dice que si insisto en pedirle el teléfono, me va a poner una disculpa. No entiendo lo que me pasa, me siento ridículo.
Y después de darse la mano, se separaron.Ella cruzó la calle y él creyó, viendo su espalda alejarse, que no volvería a verla.
Irene en el corto trayecto hasta su casa, se preguntaba cómo sería tener un novio o marido que viese. Pero por absurdo e irrealizable desechó ese pensamiento.
Sus manos habían permanecido  cercanas pero sin tocarse. El CD terminó.
Luego continuaron con algo mejor que la música.
FIN

domingo, 17 de febrero de 2013

22ª Recomendación literaria

El libro que os recomiendo es: BAILA, BAILA, BAILA de Haruki Murakami, pero os recomiendo antes leer LA CAZA DEL CARNERO SALVAJE, pues es la primera parte, por decirlo de alguna manera. Buena lectura y que lo paséis bien con él.

Los buenos y malos lectores


 LOS BUENOS Y MALOS LECTORES
Sabemos que existen buenos y malos escritores, pero ¿existen buenos y malos lectores? Para Vladímir Nabokov, sí. En el prólogo a Lecciones de Literatura Europea (aquel que inicia célebremente pidiendo a los lectores que "acaricien los detalles") redacta el siguiente testo:
"Selecciona cuatro respuestas a la pregunta: ¿qué cualidades debe tener uno para ser un buen lector:
1) Debe pertenecer a un club de lectores.
2) Debe identificarse con el héroe o la heroína.
3) Debe concentrarse en el aspecto socioeconómico.
4) Debe preferir un relato con acción y diálogo a uno sin ellos.
5) Debe haber visto la novela en película.
6) Debe ser un autor embrionario.
7)  Debe tener imaginación.
8)  Debe tener memoria.
9)  Debe tener un diccionario.
10) Debe tener cierto sentido artístico."
Obviamente, los cuatro últimos ítems son los correctos para Nabokov:
imaginación, memoria, diccionario y cierto sentido artístico. No así aquellos lectores que se identifican con los personajes (cada obra crea personalidades únicas, imposibles de ser comparadas con algún ser vivo), y tampoco es necesario pretender escribir -o hacerlo profesionalmente- para graduarse como buen lector. Aquellos que prefieren novelas de acción y diálogos (la "agilidad" debería ser un requisito solo en las clases de
gimnasia) tampoco serían buenos lectores. Y los que buscan en las novelas aspectos socio-económico, esos lectores antropológicos carentes de imaginación e incapaces de reconocer la autonomía de la ficción, están irremediablemente perdidos para Nabokov.
¿Y la memoria? Actualmente, fomentar el uso de la memoria es un insulto. "El profesor X usa un método memorístico" es, quizá, el peor de los ataques que puede recibir el pobre X, con los hombros llenos de polvo de tiza y a punto de jubilarse. Sin embargo, ejercitar la memoria es fundamental para capturar y acariciar esos "deliciosos detalles" de los que, dice Nabokov, los buenos libros están cargados. Sostiene también que la relectura es mejor que la lectura. La buena memoria ayuda a sobrellevar los defectos naturales de una primera lectura. Leer bien implicaría no solo recordar el nombre del protagonista, sino también de qué tamaño era el escarabajo Samsa, cuántos años le llevaba su esposo a Anna Karenina y el color de la corbata que Gatsby llevaba cuando se reencontró con Daisy.
También hay que prestar atención a aquel "sentido artístico", pues para Nabokov un buen lector solo puede leer buenos libros (solía calificar a los autores como si estuviesen en un salón de clase;Tolstoi tenía sobresaliente, Dostoievski lo esperaba en la puerta del salón para preguntar por qué no había aprobado). Quien sabe leer busca siempre libros exigentes, no puede limitarse a tragar sin masticar las papillas precocidas de Paulo Coelho o a soplarse el merchandising soft porno empaquetado de novela de E.L.James.
Necesita retos.
Existen algunos mitos sobre lo que es un buen lector que deben desestimarse.
El primero de ellos: que un crítico literario es necesariamente un buen lector. Puede que no lo sea, incluso puede ser uno pésimo, sin capacidad de análisis, de un galopante mal gusto. Miles de reseñas dan fe de ello. Otro mito es aquel que indica que un buen lector es pausado, lento, sin prisa.
Recuerdo un chiste al respecto de Woody Allen: "Hice un curso sobre lectura rápida y leí Guerra y paz en veinte minutos. Trata de Rusia". El chiste es bueno y la idea de que el lector lento es mejor que el veloz parece correcta pero pienso que la velocidad de lectura la escoge cada lector y se acomoda a su momento, a su ritmo personal, al libro en particular que está leyendo.
Desde luego, el caso contrario también es un mito: un buen lector es el que lee más y más rápido. Bah. ¿Cuántas palabras por minuto debe leer un buen lector? No creo que una medición así sea posible. También es discutible la idea de que leer algo de moda, aunque sea malo, es beneficioso pues genera una costumbre lectora. No creo que los adolescentes que leyeron la saga Harry Potter o Crepúsculo, los aventureros de sofá que disfrutaron de El código Da Vinci o Millenium o quienes actualmente vibran con E.L.James se conviertan en mejores lectores. Sin duda, leerán todo lo que les ofrezcan de ese autor en concreto, y luego seguirán su predecible vida sin libros.
También debe derribarse el mito de que un buen lector solo un lee clásicos.
Es cierto que leer clásicos es apuntar a seguro, pues el tiempo ha hecho una depuración, pero leer contemporáneos no es un acto contrario sino complementario. ¿Por qué escoger entre uno y otro si se pueden tener los dos? Las novedades, en especial las que dialogan con su tradición, nos ayudan a revalorizar a los clásicos. Y aunque a algunos descreídos les cueste aceptarlo, algunas de esas novedades serán luego clásicos. El tiempo hace lo suyo.
Se me ocurre que la razón por la que definir qué es un buen lector resulta complicada es porque la lectura es un acto absolutamente solitario, uno de aquellos placeres que no se pueden compartir. Me refiero al acto de leer, no a la interpretación o el análisis posterior. Hablo de ese momento en que un lector abre el libro y encalla su nariz sobre las páginas y las horas van pasando, aquel instante de meditación a través de las palabras de otros que no puede ser comparado ni cuantificado ni calificado.
Por ello, quizá no debemos preguntarnos si somos buenos o malos escritores sin antes preguntarnos "¿por qué leer?".
FIN

María Dolores León "La charca del tuerto"

    LA  CHARCA DEL TUERTO
           Madrid, 07.11.12
                                               María D. de León
 La Charca del Tuerto era en realidad una pequeña poza alimentada por un manantial carente de pretensiones. En la época estival representaba para la chiquillería y los jóvenes  su principal fuente de entretenimiento. En aquella zona austera en follaje, la vegetación se había volcado sin miramientos en torno a las aguas: dos sauces llorones, tres chopos, unas matas de endrinas, zarzas,  alguna ortiga, y lo conocido como yerbajos, verdes hasta agosto. Escondidos entre media docena de cañas y otros tantos juncos, sapitos y ranas espiaban a los visitantes.
 Los habitantes del pueblo, ajenos a toda sensibilidad  estética, se habían mostrado indiferentes hasta la llegada de doña Amparo, la maestra. Dicen que al ver por primera vez el minúsculo lago persignándose exclamó:
 -- ¡Bendito sea el Señor,  magno artífice del mundo!  Nos ha bendecido donándonos  tan bella señal de su magnanimidad creadora.
 No entendieron gran cosa, pero dedujeron que si a la maestra le había gustado, sin duda,  merecía la pena visitar con mayor frecuencia el lugar.  Se empaparían  de la bendición divina.
 Don Fermín el médico  y don Laureano el coadjutor, en cuanto amanecía salían a caminar leyendo: Voltaire el primero y su breviario el segundo. Gustaban de coincidir en la poza donde daban por concluidas sus respectivas meditaciones.   Enfrascados en  animada conversación regresaban a sus obligaciones.  En el camino se cruzaban con el señor Damián y el señor Agapito. Éstos, a pasitos cortos, sin prisa, unas veces charlando  y otras callando, se llegaban hasta la zona de verdor, liaban un cigarrito, se lo fumaban y retornaban en pos  del chato de antes del almuerzo.
 En la época de vacaciones, a partir de las once y hasta la hora de comer,  los chavales  se apropiaban de la charca.  Los  animalejos  callaban y se escondían. Existían normas no escritas sobre el uso y disfrute de aquellas aguas: las chicas no podían aparecer  por allí a esas horas. Ellos se bañaban en  pelota picada o  en calzoncillo. A pesar de todo, a  veces, cuando la algarabía decrecía se  oían risitas sofocadas que sonaban a niña. Si ellos se daban cuenta, se mostraban más brutotes y osados.  Alguno se ocultaba y corría a vestirse; los colegas  se reían y atribuían su timidez al tamaño del pito.
 Por las tardes, tras la merienda,  cuando bajaba la calorina, las tornas se cambiaban. Las madres acudían con sus hijas, la sillita plegable y la labor. La clase de costura o de bolillos no entusiasmaba a las pequeñas. Éstas preferían meter los pies en el agua, jugar con la muñeca de la amiga, contarse secretos a la oreja aunque fueran cosa de vieja,  vigilar de reojillo por si aparecían los chicos en la la franja perimetral…  Con las niñas  entretenidas, las mujeres  aprovechaban para criticar  en grupos a troche y moche. Cuando el rojo del cielo se desvanecía,  recogían y retornaban  a casa. Las jovencitas  remoloneaban y volvían la cabeza. Si se encontraban  con una mirada de merodeador, le sacaban la lengua y riendo echaban a correr.
 Como  no tenían estación de tren, la gente joven, a la caída de la tarde, emprendía el camino del manantial. Ellas, de cuatro en cuatro,  se agarraban del brazo; ellos, manteniendo una distancia prudencial,  berreaban  risotadas como ciervos en celo. Las parejas se iban formando y pasaban al siguiente ritual: paseo a la luz de la luna. A las madres este cambio  les producía un cierto desasosiego; a los sapos y ranas les gustaban, tan calladitas. A veces, se  caían besos al agua: ellos se lanzaban a la captura de aquellas burbujas perfumadas y dulces. Más de una vez,  sin ellos enterarse, fueron testigos de la transformación de una adolescente en mujer.
 Lola,  la mujer-mujer oficial  cerraba el dia, o inauguraba la mañana,
 según se mirara.  Casi todas las  noches efectuaba una o varias  visitas a la zona: eso si, nunca extendía dos veces la manta en el mismo sitio. A los batracios no les gustaba; era ruidosa e  interrumpía sus románticos conciertos de croac, croac. Con los ojos saltones de  indignación y la boca  desparramada en un mohín de disgusto querían hacerle patente su aversión. Ella los ignoraba y  mantenía  su trajín.
 ¿Y los hombres del pueblo? Pues tan ricamente en la taberna, jugando a las cartas o al dominó,  tomándose lo que correspondía según   la hora: aguardiente,  carajillo,  vino… De vez en cuando , alguno que otro, acompañaban a  Lola.
 Una mañana, don Fermín y don Laureano vieron  en medio del agua algo parecido a dos enormes hogazas flotando, la una pegada a la otra. Al acercarse descubrieron su error: se trataba de unas rotundas nalgas  humanas. Avisada la Guardia Civil, nada mas verlas el cabo dictaminó: “Es la Lola…” La Benemérita procedió a  retirar el cuerpo del líquido elemento. Todo su  atuendo  estribaba en  unas medias negras enrolladas por debajo de las rodillas. El  agente extrajo de entre los  dedos agarrotados de la mano derecha una bola de vidrio. Cuando descubrió la auténtica naturaleza del objeto dio un respingo: “¡Coño, un ojo de cristal!” 
  Don Laureano, sin pedir permiso a nadie,  aprovechó para  administrarle la extremaunción.
 El pregonero, por orden del señor alcalde, comunicó a los vecinos el luctuoso suceso a la par que se anunciaba el hallazgo del mencionado globo ocular.  Nadie lo  reclamó.
 A la Lola, como le habían suministrado los santos óleos, la enterraron como cristiana de toda la vida. Ante la muerte todos perdonan.
 La gente del pueblo dejó de frecuentar  la poza: les infundía respeto y miedo ¿Y si el asesino tuerto volvía a por  su ojo? Todos sabían con certeza  que se trataba de un asesinato.
  El manantial echaba en falta el ajetreo de otros tiempos; se aburría, languidecía. Acabó por dejar de manar. Dadas las circunstancias,  el  Señor  decidió desplazar la huella de su magnanimidad creadora hacia el norte, monte arriba. En el pueblo repercutió poco, solo quedaban los viejos y estos pasaban de toda belleza que no fueran dos buenas tetas, dada la escasez a que se veían sometidos.


 

sábado, 16 de febrero de 2013

Juan Carlos Coronel "Sol y sombra"

SOL Y SOMBRA

Dos viejas cortinas, unidas en mitad del ventanal, daban a la habitación, una agradable semioscuridad, requerida por su
morador. Entorno a la hora convenida, dos suaves golpes en la puerta, franquearon el paso, a un hombrecillo de débil consti-
tución, gesto adusto, y un cierto desaliño en su vestimenta, portaba un traje gris, arreglado a su persona por un mal sastre, en
la manga izquierda, y en el bolsillo de ese mismo lado prendìan un par de docenas de agujas enhebradas,
- La hora
-Ya voy, obseso de la puntualidad.
El hombre, casi un niño, se levantaba lentamente del mullido lecho, en un sofá cercano, descansaban todos los aditamentos
para vestir al joven diestro. Este sentado en una silla de madera, se dejaba hacer, en primer lugar el afeitado, después para ello se ocuparía del peinado, algo simple, raya al medio y el resto hacia atrás, para ello contaba con la ayuda inestimable de la brillantina, ahora llegaba un momento importante; con dos horquillas, se fija en el occipucio la castañeta, símbolo del torero
que se quitara para siempre el día del adiós definitivo. El corte de coleta.
El ayudante, ofrece, al muchacho, tomada por los tirantes la sagrada taleguilla, encaja la prenda en el cuerpo del chico, y se dedica
a los pies, introduce una media rosa, con una filigrana algo más oscura, en el costado, a esta figura se la denomina espiguilla.
A continuación, las zapatillas, de los varios pares que descansan en el zapatero, es toman las más nuevas, se comprueban, camisa de batista blanca, diminuto chaleco,y un corbatín carmesí, dan al chico un aspecto más acorde con su profesión.
Se remata la colocación de la castañeta, a la cual se añade la moña (pelo artificial del mismo color que el del maestro).
Una enorme banda roja, parece inundar la habitación, el ayudante fija con un par de puntadas, el extremo de esta, el torero
gira sobre sus talones mientras la pieza de seda, se va enrollando en su cintura, el viaje de traslación es interrumpido varias veces por el matador, descontento de como esta quedando la simetría de la prenda.
-Pon atención coño, que no me gusta llevar picos, se vuelve atrás un par de vueltas, y se reemprende la tarea. El chico apura la
jarrada agua que esta sobre la camarera, antes de embutirse definitivamente, en la chaquetilla, celeste, con grandes filigranas
de oro en la pechera y espalda. De una caja ovalada, se extrae la montera, y sobre los hombros el capote de paseo, manto prin
cipesco, recargado de arabescos bordados en el áureo metal.
La salida del hotel, es como de costumbre tumultuosa, periodistas, fotógrafos, cámaras, y junto a ellos una turba de gente que desean ver al héroe, mientras con habilidad pasmosa aligeran los bolsillos de los más incautos.
En los aledaños del coso, la circulación se hace dificultosa, como pueden los guardias, retiran al gentío que estira el cuello para
atisbar cual de los tres matadores llega. Acceden por una estrecha puerta a la capilla, allí cada uno se encomendara a su virgen favorita, salen y de forma mecánica por la costumbre forman tres filas con ancha separación entre ellas. “ Que Dios reparta suerte “bisbisean todos. El Sol y la Sombra, La suerte y la muerte, están invitados a participar en este acto milenario. Suenan clarines y timbales los corazones trotan en los pechos, se aben las puertas, que comience el espectáculo.

FIN

lunes, 11 de febrero de 2013

María Dolores León "El rebelde"

    EL REBELDE
    María D. de León
       Madrid, 12.02.13
 El calorcillo baja de intensidad. Abre el ojo: un desconocido parado ante él le está privando del sol de otoño. La intensidad de la  medio mirada, harto elocuente,  aleja unos pasos al intruso. Éste elige otra zona soleada para sentarse.
 “¡Vaya “pasmao”!. Fijo,  se ha perdido”- piensa y  trata de volver al  estado de beatitud. Desprecia a tipos de semejante pelaje: “Un romano,  no hay mas que verle: relamido,  collarcito al cuello...  Los de su especie me dan grima… Mientras no me quite el sol ni intente abordarme,  a mi como si se cuelga un cascabel.”
 Pero,  el recién llegado  le ha sacado del  estado de nirvana. La mente se  activa: “El tio no me ha molestado a conciencia; detecto su  vigilancia, pero  no ha   intentado  abordarme de nuevo.  Sin embargo, me turba. Me trae a la memoria  recuerdos  del pasado.”
  Se ve disfrutando, en su ignorancia,  del sometimiento. Romper el yugo de la dependencia  acarreó un sinfín de  pérdidas: cariño, confort, seguridad…  Se relame evocando el perfume  de ciertas golosinas.
  Es posible que la vida de aquel individuo, blandengue y tímido, fuera similar a la que él disfrutó. Todo se controlaba, se regulaba: los menús, la libertad de movimiento, las prohibiciones, el sexo, las visitas al médico, las caricias... Y eso que a él no se le engatusaba con facilidad.  Se saltaba a voluntad las normas.
  Don Pío, el abuelo de Laurita y Jorge, que entendía  mucho de rebeldía y de inconformismo,  le llamaba bárbaro: “Atila, tu no eres un romano, sino un bárbaro salvaje. A ti no hay quien te domestique.” Se había quedado con aquel apelativo; le gustaba.  Oyó decir, que el abuelito, hombre muy leído, repetía desde joven: “Prefiero ser el primero entre los bárbaros que el segundo entre los romanos…” Pues si señor, asi pensaba él también.
 ¿Qué le impulsó a abandonar la casa?  “En la calle uno está solo. Sin buscarlo, cuando menos se espera,  surge un rival. Se compite por  la  pieza mas suculenta,  el territorio, la mejor chica.  Importa el dia, el momento, el aquí y el ahora.. Si tengo hambre y puedo,  como. No  acumulo para un mañana que  no existe. Tengo sed y el agua de cualquier fuente me basta. Ando ligero de equipaje, sin atadura. Amo cuando me lo pide el cuerpo”.
  Se ha curtido, ha perdido un ojo y dos dientes, cojea, surcos y peladuras como grafitos recorren la piel. Hoy se le tiene por el más fiero y  nadie se le enfrenta.
 “He vuelto a perder el hilo: cosas de la edad. Elegí la existencia del forajido. He adelgazado, la musculatura se ha  fortalecido, me he  recuperado del anquilosamiento de la felicidad. El estado de alerta constante me ha devuelto   la astucia y el instinto atribuidos a los de mi especie. Estar tuerto ha estimulado le agudeza del oído y del olfato.
 A pesar del tiempo transcurrido, y reafirmado en  mi decisión,  aquella imagen se mantiene nítida en la mente.  Si, los celos provocados por aquel pequeño ser fueron el detonante.”
 Un repugnante  cachorro de Golden retriever, descolorido, torpe y meón, le había  destronado. Nadie atendía a  las demandas de caricias, olvidaban reponer el agua y a veces hasta de abrirle la lata de la comida.  Si se orinaba en la alfombra, para llamar la atención, le restregaban el hocico por el cuerpo del delito: un asco.
 El amor propio le impulsó a  recuperar su  estado primigenio de salvaje callejero. Se acabó eso de romano   domesticado  como  dicen  los expertos.”
    Estas consideraciones le han  confirmado lo acertado del cambio.  A veces, en momentos de debilidad   las dudas le atormentaron reprochándose las consecuencias de un orgullo infantil.
  Atila, el gato romano de otros tiempos, se despereza y ronronea con satisfacción: “Igual convierto a ese novato reprimido   en un  ser libre a mi imagen, semejanza y  servicio.  Dentro de poco necesitaré ayuda.  Tiene gracia,  de ser el primero entre los bárbaros,  pasaré a ser, también, el primero entre los romanos.”
 A penas una oscilación  del rabo levantado en arco indican   al futuro acólito que el maestro le invita a  acercarse. El adoctrinamiento  acaba de iniciarse.  

Maricarmen Colodrero "El reserva"

EL RESERVA

Espera sentado en el banquillo cuanndo se trata de deportes; en la Política tiene un despacho un poco más pequeño que el líder o presidente , toma el nombre de Secretario ; tratándose de la empresa es el Subdirector General y el sillón de respaldo alto y ruedecitas es un poco más pequeño que el de su Jefe.
Existen dos variedades típicas del reserva: En la primera categoría la personalidad del individuo lo es todo.
En la segunda categoría el reserva trabaja bajo el patrocinio de otro, que puede ser un mentor u otra especie de director de su actividad.
Al gunos reservas responden a la variedad “Julio César. Su fuerte temperamento les hace desear no el puesto que ocupan, sino el primer puesto sea  el de campeón, Líder o Presidente, o , en su caso, Director de la empresa.
Su divisa es la famosa frase del emperador romano: “Prefiero ser el primero entre los bárbaros, a el segundo entre los romanos”.
Y, como Julio César, deben pasar su Rubicón; es decir, tienen que decidir por si mismos ante una situación de riesgo, riesgo de perder todo lo que han conseguido, y, cuando lo han hecho, todos tienen en su cabeza la misma frase: “Alea jacta est”. En castellano vulgar: “Ya no puedo volverme atrás”.
Los reservas de esta clase individualista son, cuando triunfan, los que pasan a la Historia.
Porque, a esta primera clase de reservas, pertenecen también los que , teniendo incluso mejores cualidades que el campeón, el líder, Presidente o Director, se entregan en cuerpo y alma a su función, que es, ni más ni menos, que estar por lo menos tan preparado como el primero de la fila.
Esta especie del reserva nunca cosecha los relumbres del éxito, pero es la pieza indispensable para que  el club, el partido, o la empresa funcionen . Si realmente es bueno en su trabajo, todo depende de él y, con frecuencia, es el verdadero poder en la sombra.
Los de la segunda categoría, es decir, aquellos que no actúan “per se”, sino impulsados por otro u otros, se ven impelidos con frecuencia, no por su propia ambición, sino por la de quienes están detrás de él “fabricándole.
Para los de este grupo el primer peligro es que en la órbita del mecenazgo aparezca otro posible reserva: un competidor.
Y, aquí tenemos todas las posibilidades que un buen novelista sabría aprovechar: las intrigas, los mentís, el peloteo, la hipocresía y, en definitiva un muestrario de las virtudes más humanas.
Algunos dicen que nada es preferible  a pasar de la reserva a la primera línea. ¡El éxito es tan dulce….!
Bueno…. También están los reservistas del ejército, pero ese me parece que es otro tema. Van por escalafón.
FIN

domingo, 10 de febrero de 2013

Juan Carlos Parra "El título en los lomos de los libros"


EL TÍTULO EN LOS LOMOS DE LOS LIBROS
Me encantan los libros: coleccionarlos, verlos, olerlos, ojearlos, hojearlos, tocarlos, colocarlos, mirarlos, comprarlos… y a veces hasta leerlos. Cada vez más, creo que afortunadamente, me sorprendo al pasear la vista por las estanterías y reencontrarme con el lomo de un libro que ya no recordaba tener y de repente, al leer su título, quién sabe por qué, me llama la atención. Entonces lo saco de su estrechez, miro la portada, quizás leo algo, o reviso alguna marca que  dejé tiempo atrás señalando una página.
Y precisamente en un libro, dónde si no, me he enterado que esa ronda de vigilancia que hago por los lomos de los libros no tendría sentido alguno si no fuera porque la cabeza de Lewis Carroll, el padre de Alicia en el país de las maravillas, además de buenas historias y matemáticas, tenía grandes ideas. De allí salieron inventos como una pluma eléctrica, un modo de giro postal, un triciclo, un método para justificar márgenes en las máquinas de escribir, un prototipo de parches adhesivos de doble cara o un sistema mnemotécnico para recordar nombres y fechas.
Pero también fue Carroll el que tuvo la brillante idea de usar los lomos de los libros para imprimir el título de los mismos y así tener mayor facilidad a la hora de buscarlos en las estanterías. Me sorprende que fuera un hombre del siglo XIX el que tuviera la idea de mostrar esa información de los libros en su lomo, de hacerla tan visible. Sin duda, antes de esto los bibliotecarios se ganarían aún más su sueldo ya que cazar un libro en concreto en una biblioteca atestada de lomos inmaculados y similares requería organización y memoria.
Ah, me llamo Apio Claudio y soy bibliotecario de mi barrio, Femura, pero antes estuve en San Mamas como ayudante de un viejo bibliotecario, que me enseñó todo sobre esos amigos silenciosos: los libros. Ahora enseño yo todo a aquellos que quieren entrar en el maravilloso mundo de lo imaginario. Bueno, os dejo, pues ha llegado una persona y tengo que atenderla.
FIN

sábado, 9 de febrero de 2013

Juan Carlos Coronel "El reserva"

El Reserva

   La luz tenue, un hermoso bolero sonaba en el boliche, Luis Miguel cantaba “ Contigo aprendí “una pareja bailaba arrobada en
el centro de la pista, ella enlazaba sus manos sobre la nuca de él, que la estrechaba contra si con gran ternura. Terminada la can-
ción, unidos por la cintura,ambos emprendieron el camino de salida del local. Saludaron a algunos conocidos y se subieron en el au-
to estacionado cerca de la puerta principal.
   Armando Bataglia, contaba treintaisiete años, tres pasiones había en su vida, Valeria, su esposa, Lucas y Zaira, sus hijos y el futbol,
pertenecía al plantel de un modesto equipo de aficionados, que participaba en la competición provincial, hacía años lo pretendieron
dos equipos profesionales de la capital, Ferro y Chacarita, Bataglia sopeso pros y contras, dinero, fama, y jugar en grandes estadios,
por contra, viajes, dedicación absoluta, y largas temporadas lejos de Valeria. Su trabajo de arquitecto le llenaba, él mismo había di-
señado la casa en la que vivían, dinero no faltaba, y la tranquilidad de vivir en una ciudad pequeña le indujeron a no aceptar. Conti-
nuaría en el plantel de Olimpia, su club.
   Durante once largos años, fue titular indiscutible en el arco de Olimpia, reflejos, agilidad, y un temple muy especial, eran sus virtu-
des. Una lesión en un hombro y la llegada al equipo de un joven arquero le relegaron al banco, el novel muchacho apuntaba buenas maneras, el técnico le dio confianza y poco a poco se fue ganando a la hinchada, Mario Sensini era el nuevo ídolo Armando le aconsejaba, le tenía gran aprecio y nunca hubo más que la rivalidad de dos amantes del futbol entre ellos.
   Armando había decidido dejar de jugar al termino del campeonato, Olimpia iniciaba bien la competencia, tres cuatro victorias consecutivas lo colocaban puntero, pero como si de una maldición se tratase, cada año terminaba por caer a la mitad dela tabla,
nunca habían disputado el torneo final. Aquel año, empezaron ganando los cuatro primeros partidos, el quinto, el sexto, así hasta diez
victorias seguidas, los escépticos hacían cábalas, al próximo pierden seguro, no sucedió, un empate en Pergamino, les mantuvo punteros. Tras diecinueve partidos, quince ganados tres empates y una sola derrota, clasificaron para la fase final.
   La fase final se disputaba en el estadio más importante del país, a él acudirían los ocho campeones provinciales a disputar la copa,
en cuartos el Olimpia eliminó al representante de Mendoza, la semifinal contra los cordobeses de Talleres fue muy competida 2-1
para Olimpia
   El estadio estaba abarrotado, desde el túnel que conducía a la cancha, se escuchaba el zumbido del publico, ambos equipos iniciaron el duelo, el Platense, tomo el mando del partido, la defensa de Olimpia se veía una y otra vez superada por los delanteros rivales, tres atajadas de Sensini evitaron la debacle, en el segundo periodo, el juego se equilibro, hasta casi el final, un centro desde la derecha, hace a Sensini salir del arco, el choque con el delantero fue tremendo Sensini queda aturdido, sangra abuntemente por su ceja izquierda, Bataglia apura el calentamiento, tiene que reemplazar a su compañero, salta al césped, y el partido concluye 0-0.
   Se inicia entonces la ronda de penales, Olimpia gana por cuatro a tres, Armando Bataglia se dirige al arco, sabe que si ataja que-
dan campeones. Afirma bien los pies en el suelo, sobre la raya de gol, ligeramente encorvado, y los brazos extendidos, el disparo es potentísimo muy centrado, Armando Bataglia coloca fuertes los puños y la pelota sale por encima del larguero. El sueño era realidad,
por primera vez en su historia Olimpia salía campeón aficionado. Armando Bataglia que siempre prefirió ser el primero de los barbaros, antes que el último de los romanos vivía su momento del gloria.


FIN

  

La estructura del relato


 LA ESTRUCTURA DEL RELATO











LA HISTORIA | EL ORDEN DE LOS ACONTECIMIENTOS |
EL NARRADOR Y EL PUNTO DE VISTA | LOS PERSONAJES |
EL TIEMPO | EL ESPACIO | EL RECEPTOR













Narrar es contar. La narración es un tipo de texto en el que se cuentan hechos reales o imaginarios. Al abordar el análisis de los textos narrativos es necesario estudiar la historia y las acciones que la componen (argumento), los personajes que las llevan a cabo, el tiempo y el espacio donde se desarrollan, cómo se ordenan todos estos elementos (estructura) y desde qué punto de vista se cuentan.












LA HISTORIA













La mayor parte de los relatos presenta una acción principal y varias secundarias. Estas acciones se combinan entre sí, alternando su aparición y entrecruzando sus desarrollos para conformar el ritmo de la narración.
Un relato presenta distinto ritmo narrativo según el procedimiento de encadenamiento de secuencias que se emplee:

CONDENSACIÓN: Los acontecimientos se cuentan de una manera condensada. Muchas veces se recurre a la elipsis narrativa. La condensación es un recurso imprescindible en aquellas historias cuya acción presenta una dilatada duración temporal.
EXPANSIÓN: El relato se demora e incluso se detiene para incluir elementos complementarios a la acción, tales como descripciones. Es un procedimiento característico de la novela psicológica, donde la acción se ralentiza para prestar atención a los rasgos de personalidad o a las actitudes de los distintos personajes.













ORDEN DE LOS ACONTECIMIENTOS












La primera finalidad del narrador es dar a conocer la historia de un modo comprensible para el lector. Por ello, muchos relatos se organizan con sencillez siguiendo un orden; pero en no pocas narraciones esa ordenación sufre modificaciones.
El autor puede acelerar o ralentizar la acción a su conveniencia, detenerla para dejar que hablen los personajes, anticipar o posponer hechos, ocultar datos y reservarlos para el momento oportuno, ofrecer pistas falsas, centrar la atención en determinados aspectos con menosprecio de otros, etc.
Del tratamiento de la acción se deriva la tensión narrativa. Esta puede suscitar en el lector diversos estados emocionales (expectativa, incertidumbre, intriga, serenidad…)
En una narración se distingue la ESTRUCTURA EXTERNA y la ESTRUCTURA INTERNA :

La primera organiza el contenido de la historia en capítulos, partes, tratados, secuencias…; la segunda, depende del orden de los acontecimientos.
Teniendo en cuenta el orden de los acontecimientos de la narración, pueden darse diferentes estructuras narrativas:

LINEAL O CRONOLÓGICA: El orden del discurso sigue el orden de la historia.
IN MEDIAS RES (expresión latina “en medio del asunto”): El relato empieza en medio de la narración, sin previa aclaración de la historia. Se trata de un comienzo abrupto empleado para captar la atención del lector.
RUPTURA TEMPORAL:
Flash-back (retrospección o analepsis): El narradortraslada la acción al pasado.
Flashforward (anticipación o prolepsis): El narrador anticipa acciones, se adelanta en el tiempo.
Contrapunto: Varias historias se entrecruzan a lo largo de la narración.
Circular: El texto se inicia y se acaba del mismo modo.













NARRADOR Y PUNTO DE VISTA












El narrador es un elemento más, como lo son la historia o los personajes. Ha sido creado por el autor para que lleve a cabo la misión de contar la historia. La caracterización del narrador dependerá de la información de que disponga para contar la historia y del punto de vista que adopte.
Se puede narrar una historia

DESDE LA 3ª PERSONA
Narrador omnisciente ( que todo lo sabe): Aquel cuyo conocimiento de los hechos es total y absoluto. Sabe lo que piensan y sienten los personajes: sus sentimientos, sensaciones, intenciones, planes… La omnisciencia admite distintos grados de implicación, a veces, incluye intervenciones y comentarios del narrador o apela al lector.
Narrador observador: Sólo cuenta lo que puede observar. De modo parecido a como lo hace una cámara de cine, el narrador muestra lo que ve.
DESDE LA 1 ª PERSONA
Narrador protagonista: El narrador es también el protagonista (autobiografía real o ficticia).
Narrador personaje secundario: El narrador es un testigo que ha asistido al desarrollo de los hechos. A veces,los testigos son varios (multiperspectivismo, punto de vista caleidoscópico).
DESDE LA 2 ª PERSONA
 Supone un desdoblamiento del yo. El narrador crea el efecto de estar contándose la historia a sí mismo o a un yo desdoblado.













LOS PERSONAJES












Los personajes son el elemento fundamental de la narración, el hilo conductor de los hechos. Estos se organizan, según su grado de participación en la historia, en personajes principales, secundarios y comparsas.

El protagonista es el centro de la narración. Puede ser un individuo, varios o una colectividad. Es un personaje redondo, es decir, evoluciona a lo largo de la novela. A veces,se le opone un antagonista.
 El secundario es un personaje plano que no evoluciona. La mayoría de las veces responde a un arquetipo.
 Los comparsas (o extras) son meros elementos presenciales.
Existen dos maneras de caracterizar a los personajes:

La caracterización directa permite conocer a los personajes a partir de los datos que proporciona el narrador u otro personaje del relato.
La caracterización indirecta permite deducir cómo son a través de sus pensamientos, comentarios, acciones, reacciones, gestos, etc.







En un relato, las voces de los personajesse dejan oír a través de los modelos de cita conocidos como estilo directo, estilo indirecto y estilo indirecto libre.

ESTILO DIRECTO: Sirve para reproducir textualmente las palabras de un personaje (Juan pensó: “Aquí no aguanto yo dos días”).
Se construye mediante la yuxtaposición de dos segmentos: el marco de la cita, que se vale de los verba dicendi( Juan pensó) y la cita propiamente dicha (“Aquí no aguanto yo dos días”).
ESTILO INDIRECTO: En este caso se acomodan las palabras de alguien a una nueva situación comunicativa (Juan pensó que allí no aguantaba él dos días ).
 La cita se introduce por una conjunción (“que”, “si”, “cuándo”…) y sufren cambios las formas pronominales, los deícticos de tiempo y espacio y el tiempo verbal.
ESTILO INDIRECTO LIBRE: El narrador en tercera persona, recoge las palabras o pensamientos de los personajes como si fuera en estilo directo; pero, en este caso, las palabras se insertan sin el verbum dicendi, sin los nexos y sin las marcas tipográficas (“La situación era caótica. Allí no aguantaba él dos días.”)
EL MONÓLOGO: Es una variante en la que un personaje habla consigo mismo. Esta forma deja entrever el interior del personaje, sus sentimientos, sus emociones… Aunque lo normal es el uso de la primera persona, también se utiliza la segunda cuando se desdobla y habla consigo misma.













EL TIEMPO












Cuando se analiza el tiempo de la narración conviene tener en cuenta esta distinción:

EL TIEMPO EXTERNO O HISTÓRICO: Es la época o momento en que se sitúa la narración. Puede ser explícito o deducirse del ambiente, personajes, costumbres, etc.
EL TIEMPO INTERNO: Es el tiempo que duran los acontecimientos narrados en la historia. Puede ser toda una vida o varios días. El autor selecciona los momentos que juzga interesantes y omite (elipsis =saltos temporales) aquellos que considera innecesarios.













EL ESPACIO












El espacio es el marco físico donde se ubican los personajes y los ambientes geográficos y sociales en los que se desarrollan las acciones.
 Así habrá que distinguir entre espacios exteriores o abiertos e interiores o cerrados.
 Con frecuencia, el espacio no es un simple decorado sino que llega a determinar el comportamiento de los personajes, a reflejar el estado anímico de éstos e incluso a constituirse en eje central del relato.













EL RECEPTOR












La consideración del receptor en el proceso comunicativo es importante, pues conviene distinguir dos tipos de receptores:

EL DESTINATARIO: El lector a quien el autor destina su obra. Se trata de un receptor externo al texto que determina el proceso de creación, pues el creador tiene presente al público al que se dirige.
EL NARRATARIO: Es un sujeto o colectividad concreta a quien el narrador cita explícitamente y le cuenta la historia. Es un receptor interno al relato, un artificio narrativocon el que se concreta y personaliza la historia.

martes, 5 de febrero de 2013

María Dolores León "Justicia por amor"

  
      JUSTICIA POR AMOR
        María D. de León
   04.02.13
 “… Que Dios se apiade de mi.”
 Aquella sencilla frase le había impactado. Ordenando cosas  de su madre, había encontrado doblado en cuatro aquella hoja amarronada. A primera vista la tomó por  una misiva de enamorado. Se la había  acercado  a la nariz buscando restos de perfume. El tiempo la había impregnado  de olor a moho.  El estado del papel exigía delicadeza en la manipulación. 
 Los renglones apretados, de letra pequeña y picuda,  resultaban difíciles de descifrar. La segunda lectura  la llevó a cabo  con mayor soltura. 

 “ Valencia, 12 de febrero de 1957
 Mi muy amada Lucía:
                    Mañana, por fin,  me ajustician. ¡Que se cumpla la sentencia de una vez! No aguanto por mas tiempo el suplicio de tu ausencia.
  No llores, la muerte por garrote vil es rápida, y si el verdugo tiene pericia, no  padeceré dolor alguno.
  Me han concedido esta última voluntad: pasar escribiéndote mi postrera noche. El lazo que une nuestras almas se ha reforzado con la distancia y las penalidades.  He cubierto de besos este humilde medio de comunicación. Tus labios encontrarán las huellas de los míos.
  Explícale a nuestra hija quien fue su padre y no el monstruo que los periódicos presentan.
  No me arrepiento de la decisión que un dia tomé; solo me duele, pobre mía, las afrentas y desprecios  que  has tenido que soportar.. Nadie ha entendido, salvo tu, la misión llevada a cabo. He librado a este país  de gentes lesivas para la comunidad. Asesinos a sueldo; Individuos con poder para arruinar, con total impunidad, al inocente; empresarios  que empujan con malas artes a un rival al suicidio por desesperación e impotencia;  chantajistas y difamadores que abocaron a personas honestas  a la marginación social; maltratadores y torturadores de ancianos y discapacitados… Tampoco me tembló  la mano ante los 
violadores  de niños y mujeres.
 Llevé  a cabo las ejecuciones sin saña ni crueldad. . Antes de asestarles la puñalada, cara a cara,  les enumeraba los cargos de muerte. Algunos, en esa iluminación que precede a la muerte tomaron  conciencia de su culpa: demasiado tarde.  El arrepentimiento quizás les fuera válido para el otro mundo. Algunos, de rodillas, con los ojos esparciendo  odio e ira, suplicaban clemencia en vano. No padezcas por ellos, Lucia: no sufrieron, mi navaja fue siempre  certera.
 He tenido mucho tiempo para meditar sobre mi  opción de vida. Sin duda,  nunca te sospechaste del sufrimiento que entrañaban para mi tus pesadillas, cuajadas de sollozos y  lamentos.  Noche tras noche revivías, y yo contigo,  los pasados abusos  del cacique del pueblo.  Eras una niña de doce años. Ante la negativa de tu madre a someteros ambas a sus vejaciones, os quitó todo medio de subsistencia. Carmencita había empezado a hacerse notar. El corazón de tu  padre no  resistió tantas desgracias. ¡Cuanto valor y dignidad mostrasteis!
.  A veces me reprochabas mi carácter taciturno. No  podía explicarte la razón. Estaba sufriendo una metamorfosis: iba a emprender una misión que ocuparía toda mi existencia.  El sacrificio por el semejante dignifica, y tu alma mia,  me habías  dado  las razones para convertirme  en un ser digno.
  Os quería tanto… El corazón siempre permaneció junto a vosotras. Mis fuerzas provenían de  vuestro cariño.  De no haberte encontrado, amor,  mi vida habría transcurrido plana, en estado de hibernación.
    A veces sueño con  una justicia sin artimañas  para exonerar a reos con poder; sueño que tanto el pobre como el rico serán iguales ante la ley; sueño con la libertad de pensamiento; sueño… ¡Bah, tonterías!
 Y no llores más, alma mía, alégrate por tu esposo: estoy tan cansado…  Ya no soporto el dolor de tu ausencia; te deseo con la misma intensidad del primer dia.
   No ver a nuestra niña  hacerse mujer y futura madre,  ha significado una pérdida muy valiosa. Si todavía no la conoce, cuéntale tu historia para que comprenda la mia, una historia de amor y sacrificio.
  Millones de minutos os he estado añorando.
   Amanece compañera del alma. Sé que no has dejado de  rezar por mi salvación: que Dios se apiade de mi.”
 Se trataba de la última carta del bisabuelo Felipe, del que nunca se hablaba en la casa. Dos lágrimas de piedad se unieron a las otras que condecoraban el papel. Con reverencia la protegió en un sobre y la devovió al anonimato de los viejos  documentos de familia.



Maricarmen Colodrero "El sicario"

El sicario
Fredy se había levantado a las seis de la mañana para practicar el tiro e ir luego al gimnasio.
La llamada telefónica se produciría en unas horas, porque había pasado dos días viendo las películas de aquel pájaro. Aparecía en distintos lugares, vestido de diversas maneras, de modo que , luego en la realidad, fuese imposible equivocarse de persona.
De vuelta en su pequeño apartamento,  Fredy se dedicó a limpiar y cargar su arma. Aquella Braunin 25 de ocho tiros , especial para silenciador era la prolongación de su cerebro, el elemento imprescindible para su trabajo.
Siempre, en aquellas circunstancias, su personalidad se desdoblaba: una parte de él actuaba de modo automático preparando el maletín de doble fondo.Abajo la pistola vien envuelta; encima una muda de camisa, un pequeño neceser, bolígrafos, un rotulador y otra pistola metálica de juguete. Sin olvidar unos manojos de papeles sobre fincas inmobiliarias.
La otra parte de sus pensamientos solía remontarse a 10 años atrás: La suerte le sonrió aquella noche en que , Mac, su jefe desde entonces, le citó.
Nunca olvidaría aquella primera conversación:
- Llevo tiempo observándote, -le dijo Mac- Para mi que tienes las cualidades que necesito: pasas inadvertido, tienes en cuenta los detalles de cualquier situación, poco hablador, se adivina en ti inteligencia y cautela. Pero me cuesta saber en qué ocupas tu cerebro.
-  Todo el tiempo en sobrevivir  – contestó Fredy.
-  ¿Serías capaz de manejar una pistola?.
-  Eso me interesa sólo si voy a ganar más dinero
-  Mira, vas a dejar ese antro que no te da ni paraalimentar a tu familia. Somos una organización que necesita gente inteligente y decidida, personas responsables y fieles. Si tu me respondes, yo te respondo. ¿Comprendes?.
-  Si. Lo único que quiero es ganar el dinero que necesito, dime que tengo que hacer.
-  Te alquilaremos un pequeño apartamento, para ti sólo.  Será un adelanto que tendrás que devolver.¿Comprendes?. Irás realizando encargos , pequeños recados etc… en definitiva, actividades que te permitan conocer nuestros modos de trabajar. Aprenderás a disparar con armas cortas hasta que seas un buen tirador.
Esto es el principio, luego se irá viendo de lo que eres capaz.
Lo sabemos todo de ti. Que tu padre volvió lisiado de Vietnam, que murió tu madre, que tienes una hermana con  una niña pequeña.
No te hagas falsas ideas, no somos una organización caritativa, tendrás que trabajar mucho y bien.
Y así fue, trabajaba mucho y bien. Sabía que era una pequeña pieza dentro de una gran. Estructura. Para que ellos, y él mismo, pudieran dar buen fin a su actividad lucrativa, era preciso un orden que lo programaba todo pensando en la rapidez, la eficacia y la seguridad.
Sonó el teléfono:
-Tu vuelo sale a las 15 horas. Suerte.
Quien había llamado colgó inmediatamente, pero él no necesitaba más instrucciones. Sabía que en el buzón de correos del portal tenía los billetes de ida y vuelta.  Además ya había memorizado la información a cerca del sitio donde tendría lugar la acción: se trataba de un plano detallado y las mejores fotos del sujeto a eliminar.  También estaban las contraseñas para el contacto que le acompañaría en la operación.
Esto, que podrían ser pruebas de su actividad criminal, sería destruido de inmediato.
Así lo hizo poniendo el plano, las contraseñas  y las fotos en un ggran cenicero, luego les prendió fuego.
Cuando sonó el portero automático, estaba preparado: vestía un traje gris oscuro, su aspecto era muy natural y, lo mas importante, había miles de hombres parecidos a él en el aeropuerto.
Él nunca olvidaba ninguna de las rutinas previas al embarque., Nunca había problemas con el detector de metales, ya que el agente estaba sobornado. No debía subir al  avión si no iba como parte de un grupo, por ello tenía que observar cual era el mejor momento para dirigirse a la escalerilla.
Sentado en su asiento conservaba una expresión imperturbable. Sabía que en un par de minutos conocería a su acompañante .
- Buenas tardes – dijo un hombre joven mientras se tocaba el lóbulo de la oreja izquierda.
-  Buenas tardes – respondió Fredy tocándose también la oreja.
Realizaron el vuelo en silencio. Una despedida fría y el hombre se preparó para descender del aparato.
Sin prisas Fredy hizo lo mismo , siguiéndole a unos 8 metros, a través de las instalaciones del aeropuerto.
Cuando el enlace estuvo sentado en el coche, Fredy miró con discreción a su alrededor y con celeridad portentosa ocupó el asiento del copiloto.
Salieron sin precipitación del aparcamiento.
- ¿Qué te ha parecido el plano?. ¿Conoces ese lugar?. – preguntó Fredy.
-  Si, con bastante detalle. Me he pasado unos cuantos meses siguiendo todos los movimientos de ese fulano. Es un sitio tranquilo,  apenas circulan automóviles.  No suele haber muchos viandantes y espero que no se note demasiado un coche que se mueve despacio.
-  Lo que me preocupa – dijo Fredy- es que ese tío retrase la hora de su paseo, entonces si seríamos demasiado visibles.Tu que conoces bien el terreno, ¿Has pensado cuál es el mejor sitio para esperar?.
-  Si. En la calle que flanquea el edificio por su izquierda. Al ponernos cerca de la esquina le veremos salir, entretanto podemos simular que consultamos la guía urbana.
-  NECESITO VERLE LA CARA, NO ME PARECE BASTANTE SEGURO VERLE DE ESPALDAS.
-  Ppodemos rebasarle ligeramente y , en cuanto le reconozcas, desde la ventanilla te lo cargas.
-  Puede ser…. Pero esas cosas no se saben hasta unos segundos antes de disparar. Por eso te ruego que desde el momento en que iniciemos la persecución sigas mis indicaciones fielmente.
-  No lo dudes, te obedeceré tío.
Situados según sus planes, la espera fue breve.
Pero su objetivo les daba la espalda.
- Déjale que ande unos cincuenta metros, luego muévete, le rebasas como 15 metros y te detienes junto a la acera. Dejas el motor en marcha.
-  Vale tío, pero el portero está ahí delante , mirando como el pajarito se aleja.
-  Esperemos unos momentos . respondió Fredy.
Efectivamente el portero en unos minutos desapareció dentro de la casa.
- Vamos allá – dijo Fredy.
Después de rebasar a la futura víctima,el coche se detuvo.
Fredy bajó completamente la ventanilla y sacó la cabeza y parte del cuerppo para echar una ojeada a la rueda delantera. Luego abrió la puerta y descendió para darle a la rueda unos cuantos puntapiés.
Se oían los pasos del hombre acercándose.
Sin brusquedad, Fredy se volvió, comprobó que era la persona a quien tenía que asesinar, y, en unas fracciones de segundo, el arma estaba apuntando, otra milésima de segundo y le había metido una bala entre los ojos.
Sin la menor vacilación, como formando parte de un mismo movimiento se metió en el auto.
- Ahora no te precipites – le dijo Fredy al conductor.
Este le contestó:
- Se ha abierto la puerta de una de las casas, salen una mujer con dos niñas, se lo van a encontrar. ¿Acelero?.
Fredy miró hacia atrás, entre los cabezales de los asientos delanteros. Si, la mayor estaba llamando la atención de su madre, o lo que fuera, señalando la acera.
El desconcierto de fredy fue que aquella jovencita era de lejos, idéntica a su sobrina, o eso le pareció….
- Vámonos pitando, pero no corras. Susurró Fredy, con un tono de voz que al otro le pareció raro.
Fredy, de vuelta, sentado junto a la ventanilla, tenía la mirada perdida entre las nubes, y, sobre ellas se proyectaban escenas de antes de conocer a Mac.
Vivían los cuatro en la miseria y, aunque no era su hija, sino su sobrina, hizo por sacarla adelante, lo que no habría hecho su propio padre.
Cuando vinieron tiempos mejores, él sólo pensaba en los múltiples gastos a los que tenía que hacer frente. A su hermana le salían trabajos despreciables, con los que no tenía ni para los pañales.
Cuando su hermana se situó mejor, el se comprometió a pagar los gastos de su padre enfermo y el colegio de la niña.
Y AHORA, ESTABA ATERRORIZADO por La simple idea de que Beht pudiera verse relacionada con el mundo al que él pertenecía. Aterrorizado por la posibilidad, que ahora veía tan cercana, de que la chiquilla comenzase a hacerle preguntas sobre su trabajo….
En otros momentos sobre las vaporosas nubes, veía las imágenes de tantos cuerpos que se desplomaban bajo sus balas.
No se explicaba cómo aquella visión inoportuna de una adolescente como tantas otras,le había sumido en  pensamientos tan destructivos.
Hablaría con Mac. Quizás pudiera mandarle a algún garito, a otra “sucursal”, como las llamaba. Algo así como una jubilación anticipada.
Porque , la verdad, le parecía imposible que pudiese volver a empuñar una pistola.

Habló con Mac, ¡el muy loco!.
Dos días después se encontró su cadáver en el río. Cosido a tiros.
FIN

viernes, 1 de febrero de 2013

Juan Carlos Coronel "Angustia"

Angustia

  A Ramiro Landero le iba a estallar la cabeza. Tirado sobre el sofá, rodeado de botellas vacías, vasos sucios, y ceniceros rebosantes
de colillas, trataba en vano de ordenar sus ideas.
Luz, su compañera durante los últimos nueve años, le había dejado, se había enamorado de Jaime, compañero de trabajo y amigo de
la pareja, hacía un mes de esto, Ramiro no levantaba cabeza, borracheras continuas, faltas en la oficina, y una vida totalmente deorde-
nada le estaban acercando al abismo. Se incorporo, marcho al baño, y tomo una ducha caliente, se sintió aliviado en parte. Medito su situación, y empezó a diseñar un plan, una estrategia maquiavélica, el fin de aquella burla.
Al día siguiente, perfectamente vestido, traje azul, camisa celeste y corbata roja, se encamino a su oficina, pidió hablar con el jefe de
sección; este escucho las razones de Landero, y acepto su dimisión. Solucionada la cuestión laboral, e ingresado el cheque con el ju-
goso finiquito, Ramiro comenzó a contri su venganza. Volvió al club te tiro, al que había pertenecido años atrás, a los pocos días, com-
probo que su pulso continuaba firme, el mismo que le había llevado a las olimpiadas de Moscú 80, valiéndose de su licencia adquirió
una pistola Starr, y dos cajas de munición, arreglo un viaje turístico a Granada, un pequeño bolso de mano sería todo su equipaje.
Ya en la ciudad andaluza,visitó, como un turista más, todos y cada uno de los monumentos que figuraban en el itinerario de aquella excursión organizada por la agencia de viajes, desde el bar del hotel, llamo al teléfono de información.
- Le atiende Jairo González ¿ en que puedo ayudarle ?
- Deseo saber el número de Jaime Andrada
-U n momento inicio la búsqueda.
A los pocos minutos anotaba en una servilleta el número, se dirigió luego de cenar a un ciber próximo, se sentó ante la pantalla, e inició la búsqueda, tras media hora escasa dio con su objetivo, domicilio de la feliz pareja, regresó al hotel, subió a su habitación y
pidió una botella de Mua Chandon bien fría
El día siguiente lo pasó estudiando horarios, salidas, entradas, cerciorándose de cuando Jaime estaba en casa.Lo averiguo tras una tediosa espera, tomo un taxi y regreso al hotel, comió tranquilamente y durmió hasta la mañana siguiente.
A la hora anotada en su bloc, llegó Jaime a casa, Ramiro espero unos minutos, subió hasta el 3º llamo al timbre.
-¿ Tu ?
Den un empujón Ramiro introdujo a Jaime en el interior de la casa, una fuerte patada en la espinilla hizo a Jaime aullar de dolor,el
directo a la mandíbula lo tiro al suelo, Ramiro sacó la pistola, apunto tranquilamente, un disparo certero entre las cejas acabó con su
adversario. Dos días después, Ramiro Landero servía copas en un bar junto al malecón de La Habana.

FIN