Casualidad
Junio 2009
Por el pasillo central del centro comercial se acerca a buen
paso y toda pizpireta una joven morena ,de pelo corto,ondulado y lustroso.En su
caminar produce un alegre sonido de suave taconeo .
Claro está que ella no va pensando en eso,sino en personas
que quiere , o en el recuerdo de una de ellas.Oigamos sus pensamientos: “ Es
demasiado pronto para que me acompañe de compras,eso puede ser para un hombre
un verdadero tostón y no estoy dispuesta a desagradarle en nada.Si mamá viviera
andaría yo consultándole , pero eso no es posible….
Casi un año de relación y seis meses manteniendo intimidad….
En eso como en todo lo demás congeniamos perfectamente,él tiene un buen
porvenir y estoy felíz .Estoy segura de
que ella me diría: “ cuando se encuentra el amor hay que cuidarlo”.
Está entrando con decisión en una perfumería ,le parece que
es ella la única clienta y se dirige derecha al mostrador.
-Buenass tardes.Un frasquito de Poissón ,por favor.
Está tan contenta que le dan ganas de bromear con la
dependienta acerca del “veneno,que es lo que significa “poissón” en
francés.Pero a la vez que su propia voz
cuando ha pedido el perfume se ha oído la voz de otra mujer, diciendo lo
mismo
A su lado, un poco hacia atrás de ella , hay una joven , más
o menos de su edad,con una melena lisa rubia y unos bonitos ojos azules.
Las dos se miran divertidas .Sus rostros se han
iluminado con unas simpáticas sonrisas.
La dependienta vuelve , también sonriente, con las dos
cajitas de perfume.
La rubita, impulsivamente, pregunta:
-¿Tiene crema de manos de la que ustedes envasan?
Sonia, alegre y sorprendida, con un brazo en jarras se ha
vuelto hacia ella .
-¡Pero si eso es lo que yo iba a pedir!
-Que fuerte –comenta admirada Mirian- esto desdeluego no
pasa todos los días.
-Tengo más cosas que comprar por ahí,va a sobrarme tiempo.Te
invito a una Coca Cola y charlamos –dice Sonia.
-Si, pero la que invita soy yo –contesta Mirian- porque en
la tienda de al lado he dejado a un amigo y no es justo que tengas dos invitados.
Animadísimas y enzarzadas con el incidente, discutiendo
quien invita a quien, no ven a un joven que sale a toda prisa de la camisería y
se da de frente con ellas
Los verdes ojos del hombre expresan gran sorpresa e
inmediatamente vacilación, mirando a las dos de hito en hito.
-Pero Daniel ¿Qué haces aquí?. –ha exclamado la del pelo
corto.
-¡Anda! ¡Pero si se conocen!. –dice divertida la rubia.
Ahora es Sonia la que lleva la vista de la una al otro.
-Pero esto quiere decir…o sea que vosotros dos –balbucéa.
Viendo que el color de Sonia y su expresión están
cambiando,Daniel, al que se le están poniendo los ojos tristes, mientras
pequeñísimas gotas de sudor aparecen en su frente , trata de parar lo
imparable.
-Estás equivocada. Escúchame por favor.
-Sólo somos amigos
-interviene Mirian.
Ahora ya, Sonia está acalorada y levanta la voz.
-¿Qué clase de amigos? ¿Con derecho a roce ,como tu y yo,
Daniel? –clavando en los ojos de él una mirada furibunda.
Los otros dos se miran reprimiendo a tiempo una sonrisa inadecuada.
-No,no.¡Que va!.
-Os ruego a las dos que hableis más bajo, o nos van a hacer
corro.
-Pues , mira para evitaros problemas,yo me voy ahora mismo
Sonia inicia la maniobra de huida, pero la mano de Mirian
la sujeta por la muñeca.
-No.No te vayas.No me hagas esto .O pensaré que soy la
culpable de todo.Deja que te lo expliquemos.
De la tienda de discos llegan los sonidos de una canción:
“Dicen que tienes veneno en la piel…dicen que eres de plástico fino…dicen que
tienes un tacto divino”.
Se diría que con la presión de los dedos de Mirian, a Sonia
le han inyectado un tranquilizante, porque la actitud de su cuerpo ha cambiado
y ya no echa chispas por los ojos.
-Es una amistad antígüa-diceDaniel, aún pálido.
-Inseparables en el Instituto corrobora Mirian.
-O sea, estamos hablando de hace unos diez añoss ¿Y me tengo
que creer que no ha habido nada entre vosotros durante ¡diez años!?-pregunta
con sonrisasarcástica , Sonia.
Mientras en el rostro de ella se inicia un nuevo y fuerte
rubor,en el de Daniel aparece una palidez creciente y lo que eran gotitas se
convierten en arroyuelos.
Los presuntos inculpados se consultan con la vista.
-çcuéntaselo todo, a mi no va a querer escucharme.
-Yo te habría escuchado antes y en mejor lugar.
-Bueno …la cosa es queéramos tan inseparables que todos
creían que éramos novios.-relata Mirian, bajito pero sin retirar sus ojos de
los de Sonia- tanto es así que nosotros mismos llegamos a creérnoslo.-NadamNi
un beso ni un toqueteo.Esto con quince años.-El tono de la morenita es descaradamente
irónico y él no se atreve a mirarla.
-Voy a decirte toda la verdad y nada más que la
verdad.¡claro que intentamos experimentar!-Mirian baja más la voz- llegamos a
acostarnos un par de veces ,pero éramos un desastre.Aquello no tenía nada que
ver con lo que habíamos oído,así que desistimos del noviazgo y conservamos la
amistad.
-Entonces fue cuando murió tu hermana.
-Y al año siguiente se separaron tus padres,Dani.
-Gracias a la ayuda de Mirian pude soportar todo aquello.
-Y yo gracias a la de él.Tan grande fue el apoyo mutuo que
ambos logramos pasar de curso.
-Y así lo que había sido un escarceo de adolescentes , se
convirtió en un amor platónico .¿No es eso?-añade Sonia, muy seria , dedicando
a los dos unas miradas de duda , con ojos acuosos.
-No es, ni mucho menos, como tu lo planteas-responde Daniel,
mirándola esta vez directamente.Nos vemos tres o cuatro veces al año.
-Cuando necesitamos una ayudita psicológica –añade la
rubita.
-Claro. Y tu, Daniel,necesitas justamente en estos días una
ayuda psicológica. Bueno chicos….Y en especial te lo digo a ti, Daniel.Todo
esto me lo tengo que pensar muy pensadito.
Y sin decir más , les dio la espalda y se alejó de ellos a
paso vivísimo.
Hubo mucho trabajo para los móviles durante esa semana y
muchos cuelgues para Daniel.Pero poco a poco debido a las artes diplomáticas de
Mirian,y también a su agradable voz,así como no se sabe que influencia
pacificadora ,que la personalidad de la una tenía sobre la otra, Sonia accedió
a una reunioncita con merienda en casa de Mirian.
Los primeros momentos de tensión y cortedad, se vieron
substituidos por ojos esquivos aquí y suplicantes allá.
Mirian les sentó en el sofá, a lo que los dosasintieron
dócilmente.La anfitriona se dio prisa en
dejarles solos hasta que, en sucesivas idas y venidas, sus amigos entraron en
fase de almíbar
La tarde transcurrió agradablemente, por parte de los
tortolitos con frecuentes muestras de afecto hacia Mirian, ninguno de los dos
quería dejar de decirle cuánto era su agradecimiento.
Pero no era sólo eso lo que les hacía sentirse tan a
gusto.Era como si hubieran recuperado una madre cariñosa.Por su parte la joven
albergaba la emoción de que de una sola vez tenía de nuevo a la hermana perdida
y al amigo, por el que ahora sentía una ternura mayor
Hubo más meriendas de los viernes y luego unas semanas en que por diversas
circunstancias no se celebraron.
Corría el mes de Julio.Sonia y Daniel habían hecho el amor
durante la siesta.Era viernes.
Aún abrazados la joven preguntó : ¿Qué será de Mirian?. Me
acuerdo mucho de ella , la quiero mucho.
Lo mismo me pasa a mi- le dijo Daniel , besándola
suavemente-.¡Me alegra tanto que no tengas celos de ella!.-¡Soy tan feliz,
Dani, teniéndoos a los dos. ¿Y si nos vamos a ver si está en casa ¿.
Encontraron a Mirian en pijama. El sofá de tres plazas del
salón estaba abierto y ,sobre él,en discreto desorden: un cuaderno, un
bolígrafo,varios discos, un libro…
-¡Qué alegría que hayais
venido ¡. Voy a recoger y a cerrar el sofá.
-¡Ni hablar! Ahí retrepadítos los tres vamos a estar de
fábula –dijo Sonia.
-Vais a pasar calor y vuestras ropas quedarán hechas un
asco.Venid conmigo al armário.O ¿Os da vergüenza quedaros en “desabillé”
delante de mi?.
-¡Que va!.
-¡Venga ya!.
-Lo difícil va a ser encontrar algo para Daniel.
-A Sonia vístela como ella se deje, pero veremos de qué
quieres disfrazarme a mi…
Hubo para los dos, porque del fondo del armário salió un
pijama de caballero.
-Creíamos que no tenías secretitos ,este pijama no es de tu
hermano,porque no lo tienes –reía su amigo.
La respuesta muda de Sonia fue pasar un brazo sobre los
hombros de Mirian y darle un beso en la cara.
Instalados en aquelsofá ,que realmente resultó ser un trinéo
en el que los tres se deslizaban por una suavísima pendiente,pasaron varias
tardes de viernes, viendo películas , ya vistas, pero que ahora les parecían
mejores o más divertidas.Menudeaban besos y caricias amistosas. Lo mismo Sonia
reposaba su cabeza en el hombro de Mirian, como esta lo hacía sobre el de
Daniel.
En definitiva eran como tres huérfanos que, por fin,
hubieran hallado un nidito caliente y protector en el cual estaban seguros y
felices .
Transcurrieron así las semanas y se hicieron asiduos a las
veladas de los viernes.Para los tres era lo mejor de la agenda semanal.
Siempre hay en la vida un momento crucial , que marca un
pequeño cambio que luego resulta ser grande.
Las dos jóvenes se habían quedado dormidas aquella tarde; el
brazo de Mirian por debajo de la cabeza d
Sonia y la mano izquierda de esta reposando sobre la cadera
de su amiga.
Al lado de las dos montaba guardia Daniel , que estaba
viendo los deportes con el sonido quitado , pero que de vez en cuando leía ,si
lo del televisor no era interesante.
Ocasionalmente, el hombre las miró y le parecieron una
estampa lindísima .Las dos juntas se le antojaron el colmo de la belleza y la
placided.
Él agachó la cabeza para dar un beso en el hombro desnudo de
Sonia, lo hizo con los ojos cerrados,pero al abrirlos estaba muy cerca también
de Mirian y no pudo evitar ver parte de su escote y aspirar su aroma ,que era
el de las dos.Entonces fue cuando sintió, como un mordisquito en su alma, la
añoranza del cuerpo que, tan infructuosamente, hubo acariciado en otro tiempo.
Se despertaron las chicas,poco a poco, desperezándose con
movimientos flexibles y placenteros.
-¡Fuera este sopor!-exclamó Sonia,dirigiéndose hacia el
tocadiscos.
El vinilo que puso era una selección de temas ya antígüos
.Para empezar unas canciones moviditas de Ray charles.Las dos mujercitas
estaban disfrutando de lo lindo y el joven las miraba de vez en cuando,
haciéndose el distraído, aunque otra le iba por dentro.No se había recuperado
de su reciente e inquietante impresión.
Pero el tono de las piezas cambió:
“No.No te vayas, has de saber mis pensamientos. No.No te
vayas.Debes saber lo que yo siento.No puedes dudar de mi”
Las dos se mueven acompasadamente pero separadas.Mirian
acaricia con ternura la mejilla deSonia, que en el siguiente momento está ya
abrazada a su amiga.
Daniel no soportó más de un par de canciones.Se levamntó y
se unió a ellas abrazándolas también.
¿Quién de ellos tomó la iniciativa?
Es imposible saberlo.A la carícia de uno de los tres seguía
la respuesta de los otros dos.
Estaban llenos de amor,el placer lo fueron descubriendo sin
apenas darse cuenta. Aquellas sensaciones deliciosas se fueron apoderando de
cada uno y ninguno pensó que en ello hubiera nada perverso.
Así vivieron un par de años,repletos de amor y ya no éran
sólo los viernes.
Toda aquella felicidad desapareció en el instante en que ,
aquel animal, cuando daba rápidamente marcha atrás, mató a Mirian que cruzaba
un paso de peatones con el semáforo en rojo.
Este podría haber sido un final impactante, pero, aunque la
realidad suele superar con creces las imaginaciones más efectistas,lo cierto es
que el desenlace fue vulgar: Mirian
conoció a otra persona,en cuya presencia,e
incluso en su ausencia, se sentía absolutamente dominada por el más
irrefrenable de los deseos.